Hay algunos acciones básicas que podemos realizar para alargar la vida de tu campana extractora y optimizar su rendimiento. Si quieres que funcione al máximo rendimiento, evita las corrientes de aire, ya que podrían desplazar los humos lejos del aparato. Por ello, cierra la puerta de la cocina o la ventana, si dispones de ella. Puedes encenderla unos minutos antes de poner el recipiente al fuego y, una vez apagado, dejarla en marcha durante unos cinco minutos. Lo ideal es seleccionar una potencia alta para absorber bien las grasas, y una baja para los vapores de agua.
Evita dejar los fuegos encendidos con la campana apagada y utilizar para su limpieza productos abrasivos y estropajos que pueden rayar la superficie.
Sea cual sea el tipo de campana por la que te decantes, todas incorporan filtros para el aire que deben limpiarse de forma periódica cuando la grasa se haya acumulado. Montarlas y desmontarlas es sencillo y, además, los filtros también son recambiables. En las campanas de recirculación, los filtros de carbono se deben cambiar obligatoriamente una vez al año para que el sistema depurador funcione correctamente.
Los filtros de fibra de fieltro puedes lavarlos a mano, siempre y cuando pongas cuidado, para que no pierdan la forma, ya que te resultaría muy complicado colocarlos de nuevo.
En las campanas de succión son habituales los filtros de metal, que puedes lavar en el lavavajillas si no tienen la grasa demasiado incrustada. Si han acumulado demasiada grasa, es mejor que los sumerjas en un recipiente que contenga algún producto desengrasante.